Los querubines ya se mencionan en la Biblia y se consideran seres angelicales exaltados al servicio de Dios. También se les llama espíritus de la armonía. Junto con los serafines y los tronos, los querubines forman la tríada superior de seres de la jerarquía celestial que están más cerca y alrededor de Dios, y que tienen la vista inmediata de Dios.
Los querubines ejecutan directamente la voluntad de Dios. Su naturaleza testifica la más alta pureza. El nombre “querubín” es el plural de “querub” y se deriva del hebreo. El significado es “plenitud de conocimiento”. Así, desde la perspectiva de la Cábala, su nombre ya revela la capacidad de receptividad a la plenitud del conocimiento de Dios y el don de comunicar esta sabiduría sobrenatural.
Según el antropólogo Rudolf Steiner, la sabiduría que irradian los querubines sólo se puede adivinar contemplando la sabiduría de personas destacadas que han pasado muchos años de su vida adquiriendo sabiduría y en cuyo lenguaje se puede observar esta sabiduría supra-personal.
La sabiduría que los querubines reciben de Dios se transmite a las siguientes jerarquías. Desde el punto de vista Hermético, están decisivamente involucrados en el desarrollo del mundo en su dominio, incluyendo el desarrollo de los sistemas planetarios. Sin embargo, la esfera de acción de los querubines se extiende mucho más allá de nuestro sistema solar. Los querubines también son considerados los seres del zodíaco y creadores de la región de la eternidad.
En la Biblia hay numerosas menciones a los querubines. Por ejemplo, se mencionan en el Génesis como guardianes del Árbol de la Vida y también se mencionan en la expulsión del Paraíso. También hay referencias en los Salmos o en la visión del carro del trono profético de Ezequiel. Varios pasajes bíblicos dicen que Dios es el que está coronado sobre los querubines. Así, los querubines son retratados en las apariciones de Dios como los portadores de Dios.
La figura del querubín se describe en la visión de Ezequiel como un ser con cuatro alas y cuatro caras. Estos son el león místico, el toro, el águila y el hombre. Sus cuerpos están equipados con manos humanas y patas de toro y están cubiertos de ojos. Los querubines pueden moverse en las cuatro direcciones sin girar, dependiendo de dónde los lleve el espíritu. En astrología, estos cuatro seres corresponden a los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos o las cuatro direcciones. En la Tradición Gnóstica corresponden a los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento de la Biblia.
En los cursos de Gnosis y Cábala de la Academia Hermética, se dan instrucciones prácticas sobre cómo el hombre puede realizar el contacto con las fuerzas superiores/divinas.